Emmanuel Soriano, actor: “Tú espacio se convierte en el nuevo escenario”

El actor y comunicador Emmanuel Soriano no solo nos compartió información como intérprete en la nueva obra “El Compromiso”, sino también su experiencia y desafío durante la cuarentena.

¿Coméntanos de qué trata la obra “El Compromiso”, que recién acaban de estrenar?

Sí, “El Compromiso” es una obra que escribió Federico Abril y veníamos tratando de hacerla el año pasado, también a principios de año pero pasó la segunda ola y bueno, tuvimos la oportunidad de grabarla para marzo más o menos. “El compromiso” va de una pareja que ya tiene un tiempo de relación y de pronto se comprometen,

se mudan a una nueva casa y llega la pandemia. Entonces empiezan a convivir y se dan cuenta que la llama de la pasión se está apagando y quieren buscar la manera de reavivar esa llama, ella empieza a proponer juegos de roles, donde cada uno interpreta un personaje con algu

nas características que de pronto no tienen.

¿Cómo te sientes al interpretar un personaje que es el antagonista?

Bueno, en “Django” me tocó probar eso, experimentar todo ese lado y también en “Tebas Land”, más que hacer un personaje malo, para mí no hay malo ni buenos, son personajes humanos y esos personajes son los más rotos y quebrados. Entonces, lo interesante de hacer esos personajes es que tienen drama, algo está sucediendo alrededor de sus vidas, entonces a uno lo enriquece y aprende, a diferencia de los personajes buenos qu

e claro, no tienen ningún conflicto, a menos que veas a un personaje, como “Breaking Bad”, que el personaje se va volviendo malo, porque hay circunstancias que lo llevan a tomar esas decisiones. Eso es muy interesante para un actor, para un director, de todas maneras, para el público también.

Al llegar la pandemia. ¿Cómo te sentiste psicológicamente y como actor debido a todo el contexto?

Yo terminaba de grabar una novela, descansé quince días, viajé con mi familia, con la intención de regresar a retomar un proyecto. Empezamos a grabar una película el día que se cerró todo, y pensé: “Serán dos semanas”, decidí descansar, hacer las actividades de la casa, etc. y de pronto, esto se empezó a alargar.

Veía la situación de muchos artistas independientes que escribían en redes, querían dictar cursos, talleres que de pronto se caían y era insostenible. Entonces, con unos amigos buscamos hacer una cruzada por artistas independientes, con la idea también de darle una mano a los artistas que la estaban pasando mal sabiendo que las circunstancias todavía iban a durar un poco más.

Yo en realidad he aprendido por experiencia mía y de mis compañeros a soltar las cosas rápidamente y a no creerme nada hasta que no esté en ello. Siempre los proyectos me los tomo con mucha calma. Hay tantas películas en las

que he quedado para un casting, pero no hay presupuesto, etc. y de pronto no se llega y ya son años de proyectos dormidos, entonces no me creo nada hasta no estar haciéndolo. Y ahora se dio la oportunidad este año de retomar una de las películas que se iba hacer el año pasado.

¿Cómo fue todo el proceso de transmitir a través de la pantalla y que tan complicado fue?

Era algo súper nuevo, era una transmisión en Zoom entonces le daba un poquito más de “la convención ya estaba hecha''. No había ninguna convención adicional que hacer a través de la conversación por acá. Eso nos ayudó.

Ahora la cosa era saber cómo sobrevivir a la señal que se va y todas esas cosas o que de pronto pasa

n. Cualquier cosa podía pasar.

Ya con el tiempo me he dado cuenta que lo difícil, es que de pronto, me sentía menos actor y decía: “¿porque me siento así, es que ya estoy perdiendo la pasión por lo que me gusta hacer?”, igual me entregaba y lo hago como me gusta. Pero me he dado cuenta que claro, nunca se va a comparar el público, respirar el mismo aire en el mismo espacio, la convención, el silencio, la presencia. Eso es como lo que uno realmente extraña y te convierte en actor. Al menos a mí me hace sentir vivo el hecho de sentir a la gente viva ahí delante mío. Y el ritual, el rito que se forma alrededor del teatro, que nunca te lo va a dar ni la televisión ni el cine.

¿Cuál fue ese "feeling", qué fue lo que sentiste al realizar tu primera función virtual, en este nuevo formato?

De hecho, nervioso de saber que hay tantas personas ahí conectadas viéndote, abrirles la puerta a tu propio espacio, porque finalmente tu espacio se convierte en el nuevo escenario. Reinventar además tu espacio y adaptarlo porque también tu espacio está actuando. Eso es interesante y el hecho de que el actor se convierte también un poco en el director de arte, en un técnico para poder ordenar con los recursos que uno tiene o con los recursos que te manda la productora para poder armar el escenario.

Y luego, bueno, la interacción con los compañeros a través de esto y la conexión con tus compañeros es trabajoso.

¿Hay alguna obra virtual que te haya llamado la atención?

Sinceramente no he visto tantas obras virtuales, pero hubo una que me llamó mucho la atención, el del Grupo Rebobina, que es “La Peca” me pareció muy buena, podría decir que eso es medio el futuro, uno de los tantos futuros alternativos que vamos a tener porque fusionó muy bien la mezcla de el guión, me gustó mucho, los actores estuvieron muy bien escogidos en el casting y la diferencia de edades que tenían, porque tenías unos chicos súper jóvenes centennials, millennials, tenías a la generación boomer y además una generación boomer que no interactuaba con la tecnología o recién por la pandemia estaba interactuando con la tecnología y todo alrededor de una peca que teína la cara de Jesús y el tema era entre controversial, tabú, lo religioso, entre tiktoker, clases virtuales, reuniones por zoom me parecía que pintaba muy bien como nuestra cultura, nuestra idiosincrasia limeña se relaciona con las redes sociales y al mismo tiempo también el amor, como los dos chicos se enamoraban o los otros se gileaban, todo lo que veía alrededor.

Me gustó mucho partiendo del guión, creo que si hay un buen guión y además destacar que bien se arma un guión a partir de la virtualidad.